El tiempo de verano que iniciamos
podría tener una serie de buenos propósitos,
como el de estar más atentos
a la Palabra de Dios,
que ella guíe nuestros pasos.
Quizá un rato por la mañana o al atardecer, aprovechando la playa
o un paseo por el campo… o en casa.
Es cuestión de proponérselo.
Os deseo a todos y a todas unas felices
y maravillosas vacaciones .
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